Ayala,
Jorge M., J. D. García Bacca, Biografía
intelectual. (1912-1938), Ediciones Diálogo Filosófico, Madrid, 2005, 329
pp, 17 x 24 cm (Carthaginensia 45 (2005) 263-264).
El actual coordinador de la Revista Española de Filosofía Medieval y secretario de la Sociedad de Filosofía Medieval (Zaragoza),
era la persona más indicada para llevar a cabo la exposición del entramado de
vida y pensamiento que encontramos en la obra de García Bacca (G.B). Se hacía
necesario que se aunaran los conocimientos históricos con los filosóficos para
poder dar cuenta cabal de la obra de un filósofo profundamente marcado por sus
acontecimientos vitales. Si en todo pensador es importante su circunstancia
vital, en G.B se hace imprescindible. De lo contrario sería imposible
comprender cómo un filósofo que se forma en el escolasticismo y así publica
varias obras, pasa en pocos años a formar parte del Círculo de Viena y posteriormente
a interesarse por posicionamientos marxistas. En todo este periplo filosófico
subyace una vida determinada que únicamente podemos comprender a partir de la
publicación en el año 2000 de la autobiografía —Autobiografía íntima y exterior, Barcelona, 2000— que el autor
escribió presintiendo la muerte y de la que dejó expreso deseo de no ser
publicada hasta su fallecimiento. Jorge M. Ayala ha utilizado este material y
lo ha organizado de modo que queda patente el camino biográfico e intelectual
del autor. El libro se centra en los años que pertenecen a su formación
intelectual dentro del escolasticismo en el seminario de los Claretianos donde
será ordenado sacerdote en 1925. Concluye con el alejamiento de España y del
sacerdocio a causa de la guerra civil. G.B que se define como vasco-navarro de
padres aragoneses y formación catalana, no comulgaba con el alzamiento contra
la república renunciando a una plaza de catedrático que obtuvo en la
universidad de Santiago de Compostela, con un tribunal formado, entre otros,
por Julián Besteiro, José Gaos y García Morente. Este último resulta un caso
opuesto al de G.B, pues mientras a García Morente su itinerario vital le lleva
a la conversión y al sacerdocio, a nuestro filósofo le lleva a una conversión inversa: desde el sacerdocio
hasta el abandono de la Iglesia.