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viernes, 14 de febrero de 2014

Creación por evolución

Maldamé, Jean-Michel, Création par évolution. Science, philosophie et théologie. Éditions du Cerf, Paris 2011, 277 pp, 13,5 x 21,5 cm (Carthaginensia 53 (2012) 228-230).

Con teólogos como Maldamé en la Academia Pontifica de las Ciencias, con su preparación teológica, especialmente bíblica, su preparación filosófica, específicamente en la del siglo XX, y su formación científica, particularmente la geología y la biología, tenemos asegurado un buen diálogo entre la fe cristiana y el mundo de la Ciencia. Ya quedaron atrás los siglos en los que ni la religión ni la ciencia sabían mantener su ámbito de estudio; aquellos tiempos en los que o bien se producía un choque frontal donde una de las dos vencía por eliminación del rival, o bien se daban la espalda sin  querer saber nada la una de la otra. Ha sido el difícil siglo XX el que nos ha enseñado a dialogar, tanto a unos como a otros. Bien es cierto que aún quedan extremos que limar por ambas partes. Aún tenemos fundamentalistas en el cristianismo, también en la Iglesia católica; pero los dogmáticos cientifistas no les van a la zaga a sus antagonistas creyentes. Sin embargo, la fuerza del ser de las cosas, unida a la búsqueda de la inteligencia de la fe, nos ha puesto ante el umbral de un nuevo paradigma en el campo de las relaciones entre Ciencia y Religión, Teología y Filosofía, Pensamiento y Fe. Hemos llegado, por fin, al punto donde solo nos separa la vivencia, no las ideas, y esto es fácilmente superable. Las iniciativas llevadas a cabo por el Papa, de unir en diálogo a científicos que se dicen ateos y a científicos creyentes, teólogos y filósofos, van dando sus frutos. Al final, si Dios quiere, no nos separará más la historia y sus rencillas; este libro es un buen barco para llegar a ese puerto.

Jean-Michel Maldamé nos ha regalado una obra de profunda madurez. Tras sus dos anteriores obras sobre el tema, Science et foi enquête d'unité (Cerf 2003) y Création et Providence: Bible, science et philosophie (Cerf 2006), nos encontramos ante la síntesis entre la visión cristiana del mundo y la posición científica sobre él. Para muchos todavía puede ser un escándalo unir dos conceptos como Creación y Evolución, sea para los fundamentalistas de un lado o del otro. Para unos, el concepto de Evolución es la quintaesencia de la libertad del hombre frente al oscurantismo religioso y no puede ser utilizado por los creyentes más que para su conversión a la verdadera fe; para otros, la Creación es un hecho científico irrefutable que nada ni nadie puede contradecir. Unos y otros se equivocan y la lectura pausada de esta obra les hará ver cómo son dos conceptos complementarios. Así lo indica el propio autor al inicio. Por un lado, el creacionismo es un contrasentido respecto a la noción de Creación; por otro, la Evolución en nada se opone a la fe en Dios creador y continuamente activo en el proceso de la vida (11). Para llegar a esta visión sintética de la complementariedad de ambos campos de reflexión, el autor nos propone cuatro partes y doce capítulos. Ya el número elegido es indicativo simbólicamente de lo que se pretende. Las cuatro partes están perfectamente delimitadas, pero veamos esto por partes.