lunes, 27 de octubre de 2014

El Dios de Larry Hurtado

Hurtado, Larry W., “Dieu” dans la théologie du Nouveau Testament, Cerf, Paris 2011, 198 pp, 13,5 x 21,5 cm (Carthaginensia 55 (2013) 268-269).

El especialista en cristianismo antiguo, Larry Hurtado, lleva muchos años en su línea de investigación para probar que los títulos aplicados a Jesús en el Nuevo Testamento lo designan propiamente como Dios y que en esos mismos textos ya nos encontramos con una estructura pretrinitaria que reflejan la convicción de los primeros cristianos de que Jesús supuso una innovación respecto a la consideración del Dios del Antiguo Testamento. Contra la mayor parte de la crítica, especialmente contra Dunn, Hurtado defiende que la consideración de Jesús como Dios, nace en los textos neotestamentarios de una manera incipiente pero evidente, si es que nos tomamos la molestia de estudiar esos textos con el rigor que requieren. Para ello hay que prestar atención a cómo se habla de Dios en los textos neotestamentarios, no solo cómo se habla de Jesús. En especial es importante ver la relación de Jesús con Dios y la presencia del Espíritu en esta relación, lo que lleva de forma inevitable a considerar el Nuevo Testamento como los primeros escritos de una evolución que llevará a la constitución de la doctrina trinitaria en el siglo IV. 

En esta obra, Hurtado cree constatar una negligencia muy curiosa y muy significativa, a su entender, en los estudios del Nuevo Testamento: no se ha estudiado de forma sistemática el significado y la presencia de Dios en el Nuevo Testamento. La causa de esto la encuentra Hurtado en varios factores que determinan la exégesis moderna para presentar esa extraña “falta de interés” por Dios. El primero de ellos se debería a un supuesto pronunciado cristocentrismo que estaría en relación al rechazo explícito desarrollado en el siglo XX por la teología metafísica. Este rechazo se remonta a Lutero y tiene como consecuencia, además, el proceso de desmitoligización que se vivió, en especial, tras y con la interpretación existencialista de la religión. Estos factores han convertido los estudios sobre la teología del Nuevo Testamento en estudios cristocéntricos, mostrando una excesiva concentración en Jesús (cristología) en tanto que actor principal de los designios divinos y sobre el plan redentor divino (soteriología), la formación de un pueblo (eclesiología) y el triunfo último de las intenciones redentoras divinas (escatología). Esta concentración cristológica de los estudios del Nuevo Testamento estaría ocultando la absoluta novedad que supone Jesús respecto a la religión judía y al resto de religiones del ambiente romano. La propuesta de Hurtado es que una comprehensión de Dios, desarrollada a la luz de Jesús, implica, a la vez, una plena continuidad con el testimonio del Antiguo Testamento y también un desarrollo ulterior significativo. Hurtado muestra que la primera devoción cristiana sobre Jesús implica una mutación significativa en la devoción a Dios (p. 110).

viernes, 10 de octubre de 2014

Comunismo hermenéutico

Vattimo, Gianni-Zabala, Santiago, Comunismo hermenéutico. De Heidegger a Marx. Traducción de Miguel Salazar, Herder, Barcelona 2012, 280 pp, 14 x 22 cm (Carthaginensia 55 (2013) 277-279).

La última obra de Gianni Vattimo, realizada junto a Santiago Zabala, viene a poner el broche a un retorno del pensamiento del padre del pensiero debole. Si en los ochenta se alejó tanto del comunismo como del cristianismo, en el siglo XXI ha vuelto a ambos y lo ha hecho de la mano de una cierta interpretación, hermeneusis, de los acontecimientos que se han verificado tras el paso arrollador de la barbarie neoliberal. Como dejamos constancia en su momento, el pensamiento débil podía, con  mucha facilidad, ser utilizado como instrumento para lo opuesto para lo que fue expuesto. Aquel pensamiento, en su crítica al realismo metafísico, al pensamiento fuerte, acabó renegando de todo lo que permitiera oprimir el pensar del hombre, de ahí que su padre renegara a la vez de dos tradiciones fuertes en la historia del pensamiento y la lucha: la tradición cristiana y la marxista. Si bien es cierto que nunca las abandonó del todo, lo es también que a finales de la década de los noventa se inicia el giro de retorno hacia estas tradiciones, giro que constatamos en obras como Ecce comu y Después de la cristiandad.

En la presente obra, los autores constatan que al contrario de lo que podría interpretarse de la Tesis 11, no se trata de transformar el mundo pasando de la interpretación a la política, sino al contrario, lo que hay que hacer es dejar de describir el mundo y empezar a interpretarlo correctamente. Sin interpretación no hay transformación. La hermenéutica, de la que huyen aduladores del modelo imperante como Searle, Fukuyama o Kagan, es el verdadero instrumento que cambia la realidad, pero es importante que la transformación de la realidad no se haga desde el mismo realismo metafísico que nos ha traído hasta aquí, eso nos devolvería a la misma realidad de la que queremos escapar. Este fue el problema del comunismo realmente existente, no salía del modelo depredador al que decía oponerse. Lo que se necesita es un comunismo débil, al estilo de los que en Latinoamérica se están imponiendo de la mano de líderes sociales que llegan al poder por medios democráticos homologables en el mundo occidental y establecen políticas de apoyo a los excluidos sociales.
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