domingo, 30 de agosto de 2015

Jesús de Nazaret: el hombre de las cien caras.

Piñero, Antonio, Jesús de Nazaret. El hombre de las cien caras. Textos canónicos y apócrifos, Edaf, Madrid 2012, 348 pp, 15 x 23 cm.

Este libro de Antonio Piñero expone, a través de un millar de textos sobre Jesús, la tesis básica que el autor ha defendido en muchos de sus libros, a saber, que el cristianismo es el producto de la reflexión teológica de los discípulos de Jesús después de su muerte, que el cristianismo es repensar y reinterpretar a Jesús a la luz de la creencia firme de que ha resucitado y de que está presente entre sus fieles. Esa reflexión o reinterpretación se logra no solo pensando en su vida en sí, sino también apoyándose en la palabra viva de Dios, las Escrituras. Los cristianos estaban también convencidos de que esa palabra había predicho de antemano todo lo que sucedería con Jesús en su calidad de mesías de Israel, llegado en la plenitud de los tiempos.

En la presente obra, el autor nos ofrece una cantidad ingente de dichos sobre Jesús, provenientes de múltiples tradiciones, canónicas o no, y que conforman una especie de collages sobre el concepto que en los primeros tiempos se tuvo de Jesús. Lo que ha hecho el autor es dar coherencia temática a los textos, reuniéndolos en torno a temas concretos. Poco le importa al autor la procedencia, lo único que tiene presente al escoger los textos es la veracidad histórica del texto, no tanto su carácter canónico. Así va tejiendo una especie de nuevo diatesaron, pero incluyendo no solo los textos evangélicos canónicos, sino todo el material que al respecto de un determinado tema pueda encontrar. Como ejemplo sirva el capítulo primero, denominado Encarnación. Como Jesús es Hijo de Dios. En este capítulo se hilvanan textos procedentes tanto de los evangelios canónicos, los Hechos de los apóstoles o las cartas de Pablo, como de textos apócrifos como el Evangelio de la Infancia o los Hechos de Tomás, así como textos procedentes de la tradición como Hipólito de Roma o Justin Martir. Este mismo tenor se sigue en el resto de los trece capítulos de que consta la obra. Su lectura continua, en la que se trufan todos los textos disponible en torno a la temática concreta, nos da la sensación de un cierto (¿sano?) relativismo en lo que hace a las fuentes utilizadas, pero fundamentalmente sobre el mismo personaje sobre el que versan los textos: Jesús de Nazaret.

Resulta imposible hacerse una idea suficientemente clara de lo que supuso Jesús de Nazaret con este método de presentación, aunque es cierto que para ello ya hay otras obras, pero no ayuda a la comprensión del personaje. Romper la estructura de los textos de procedencia y volverlos a unir según un criterio extemporáneo, externo y hasta espurio, bien podría parecer una descontextualización que impidiera, antes que permitiera, el acceso a un Jesús liberado de las cadenas de la canonicidad. Algo de esto recela el autor cuando él mismo aduce que “la presente colección/selección de textos permite al lector adquirir una mentalidad un tanto relativista respecto a la herencia de la Antigüedad sobre los hombres importantes, famosos, o trascendentes para la humanidad” (348). Esa mentalidad relativista, como dice el autor, antes que ayudar al lector, a menos que esté avisado de los pormenores de la crítica y de esos los hay escasos, solo puede ayudar a confundir. Ahora bien, el conjunto de textos así dispuestos sí tiene validez para aquellos que tengan un claro conocimiento de la situación de la investigación en la materia, pues ayuda a ver las relaciones que existen entre la tradición canónica y la extracanónica sobre un tema concreto, sea este el de la resurrección, sea la crítica al poder o sea la misma encarnación del Hijo de Dios.

lunes, 3 de agosto de 2015

Ciudadano Jesús

Piñero, Antonio, Ciudadano Jesús. Las respuestas a todas las preguntas, Atanor, Madrid 2012, 343 pp, 15 x 23 cm.

Estamos ante una obra que puede y debe tener un largo recorrido editorial, especialmente en el ámbito del mundo no especializado en la investigación sobre Jesús. Antonio Piñero ha puesto todo su saber, acumulado a lo largo de muchos años de investigación y docencia, a disposición de todos los que quieran responderse a las preguntas fundamentales sobre Jesús, su vida, su obra, sus intenciones, sus relaciones personales y grupales y sus proyectos. El título es ampuloso, pero no defrauda al lector, aporta lo que promete: las respuestas a todas las preguntas sobre Jesús de Nazaret. Está escrito con un estilo sencillo y directo, recordando el modo de los catecismos antiguos, mediante preguntas retóricas que eran contestadas puntualmente, lo que permite tanto la búsqueda de las mismas en la obra como su hipotético aprendizaje por parte de un grupo de discípulos interesados en el tema. Incluso el especialista puede obtener un enorme beneficio con la obra, pues la sistematización de la misma es de gran ayuda a la hora de encontrar aquellos elementos que más le interese. Es, por tanto, una obra de divulgación y también de estudio sobre Jesús.

La obra está organizada en 16 capítulos, cada uno de ellos subdividido en las preguntas correspondientes convenientemente contestadas. El completo índice permite la búsqueda de cualquiera de las cientos de preguntas contestadas por el autor, pero la lectura continua del índice puede servir como una especie de presentación tética del pensamiento del autor sobre Jesús. Así, la serie de 16 capítulos comienzan, precisamente por los comienzos de la historia de Jesús para plantear las cuestiones introductorias de la investigación sobre Jesús: cómo sabemos que existió realmente, qué grado de fiabilidad tienen los evangelios, cuáles son las fuentes para la investigación…, así hasta los criterios de historicidad. Acabada este capítulo introductorio, se siguen en el orden en que están los temas en los evangelios los otros 15 capítulos: nacimiento, familia y formación, Jesús y Juan Bautista, la predicación de Jesús, sus discípulos, la religión de Jesús, su mensaje sobre la ley y el Reino de Dios, las parábolas, la ética predicada, la fundación de la Iglesia, la personalidad de Jesús, los últimos días, descendimiento y sepultura, la tumba vacía y la resurrección.

¿Caritas in veritate?

Martínez Hernández, Mª Carmen, “Caritas in veritate” y el compromiso por el trabajo y el desarrollo humano. Diputación de Córdoba, Córdoba 2011, 215 pp, 14 x 24 cm (Carthaginensia 56 (2013) 470-471).

Como es sabido, la primera y única encíclica social del pontificado de Benedicto XVI, nace para conmemorar una de las encíclicas sociales más importantes, Populorum progressio de 1967. Aquella encíclica fue un hito por poner el desarrollo integral humano como clave para la comprensión de la realidad social y económica de la humanidad. Si la economía se justifica es porque es capaz de producir desarrollo de los hombres y desarrollo del hombre, de todos los hombres y de todo el hombre. Al cumplirse los cuarenta años de su publicación, imitando así el gesto de Quadragessimo anno con Rerum novarum, el Papa quería tener la oportunidad de poner al día aquel magnífico pensamiento incluyendo cuestiones que entonces apenas apuntaban y que hoy son de candente actualidad: la ecología, la superpoblación, el desarrollo biogenético, etc. Pero resultó que estalló la mayor crisis del capitalismo desde 1929 en 2007 y la encíclica hubo de ser pospuesta. Quizás por no esperar más, se publicó en 2009, en medio de la más grave de las crisis económica, social y humana que se recuerda en Occidente.

La obra de Martínez Hernández intenta recuperar esa valía que sin duda tiene la encíclica: plantear una crítica profunda mediante una visión conjunta del modelo de desarrollo dominante para corregirlo de forma concertada y a largo plazo. Según ella misma indica, el documento pontificio recoge la postura del Papa ante la crisis, sus repercusiones sobre los más desfavorecidos del planeta y ratifica el compromiso con quienes padecen los efectos de la crisis.
La obra se centra en el estudio de Caritas in veritate desde la dimensión del desarrollo humano integral. Por eso realiza una introducción a la lectura de la encíclica desde sus mismos presupuestos y desde el compromiso de la Iglesia con la situación de los hombres de hoy. El motor de la reflexión es la búsqueda de la verdad en el amor, porque la verdad sin amor, es decir, sin la concreción en el día a día, o el amor sin la verdad, sin las bases que dan sustento a un proyecto humano de largo plazo, dejarían al hombre abandonado a los proyectos distópicos que lo han atrapado a lo largo del cruento siglo XX. La propuesta que enmarca las relaciones sociales es la civilización del amor, imagen del proyecto trinitario para el mundo. Dios se da a los hombres por medio de su Hijo y en Él reciben la salvación plena. La encarnación es la concreción más visible de ese proyecto de amor de Dios para los hombres.
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