lunes, 15 de abril de 2013

Propuesta cristiana ante era secular


AA.VV., La transmisión de la fe: la propuesta cristiana en la era secular. VI Jornadas de Teología, Collectanea Scientifica Compostelana 21, Instituto Teológico Compostelano, Santiago de Compostela, 2005, 419 pp, 17 x 24 cm (Carthaginensia 48 (2008) 210-212).
Uno de los problemas centrales en el cristianismo actual en los países occidentales estriba en cómo manifestar la fe en una época de creciente secularización. Bien sabemos que no se puede confundir secularidad con secularización. Si la primera es positiva y deseable, la segunda puede llegar a ser perniciosa en lo que tiene de reduccionismo de los elementos laicistas y cientificistas. Por supuesto, nos referimos a cierta versión extrema del proceso autónomo por el que la modernidad ha devenido una edad madura. Blumenberg, como buen crítico de la tradición cristiana, nos enseñó a contrario los peligros de una fe que se cree dueña y señora del mundo. A su juicio, la modernidad es una era histórica legítima, frente a la opinión de Guardini, porque había conseguido lo que la Edad Media cristiana aplazó sine die: dar un sentido a este mundo sin necesidad de recurrir a otro. Por ello, nuestros esfuerzos deben ir en la dirección de reencontrarnos con nuestra propia historia a la vez que respetamos y nos adaptamos a los tiempos seculares en que vivimos. Se trata de lanzar propuestas, que no respuestas, ante una era secular. De eso se trata en el libro que recoge las actas de las VI Jornadas de teología del Instituto Teológico Compostelano. Porque, a pesar de todas las profecías la religión pervive. Aunque sea una religión “light” o a la carta, encontrando credulidad a la par que increencia. Las tradiciones establecidas de antaño dejan paso a una pléyade de creencias dispares.

La situación de la Iglesia en el mundo moderno es difícil por varios motivos. En primer lugar porque debe hacer frente a un viejo laicismo que no ha superado sus propuestas más anticlericales; en segundo lugar porque no ha sabido adaptar su propia fe a unas nuevas circunstancias. En la actualidad “se han interrumpido los cauces naturales de transmisión de la fe” (21) y esto implica la imposibilidad de introducir a los niños en el ámbito de la fe y de fortalecer la propia propuesta. Como nos dice en la presentación de este volumen Pérez López, las principales tareas que deben llevarse a cabo son: la transmisión de la fe, el servicio al evangelio, la dinamización de los seglares y la creación de un conjunto de valores acordes con los hábitos civiles (29). Estas tareas tienen su desarrollo en las Jornadas en tres bloques en los que se dibiden las dieciséis ponencias. Los bloques son La fe interpelada (37-168); La propuesta creyente (171-282); La transmisión de la fe (285-406). El primero de estos bloques consta de cinco ponencias. En la primera, el obispo de Angouleme, Claude Dagens, hace una exposición de la propuesta cristiana en nuestras sociedades secularizadas, donde nos convoca a “apropiarnos de nuevo, de una forma efectiva, de nuestro patrimonio católico, como la expresión de la fe vivida por las generaciones que nos han precedido y practicando el diálogo entre fe y cultura” (41). Además, deja claras las prioridades en la evangelización del mundo moderno: una misión en profundidad que evangelice la existencia humana haciendo frente al mal y a la muerte con la fuerza de Cristo y evangelizando a su manera, como con los discípulos de Emaús.
La colaboración de Gabriel Amengual, Una aproximación creyente a los conceptos de secularizad, laicidad y postmodernidad, clarifica enormemente el terreno en el que la fe se tiene que batir. Para Amengual, la característica más preocupante y que plantea más oportunidades a la fe, no es la secularidad sino la postmodernidad. Es preocupante porque “intenta romper más radicalmente con su propio pasado” (96), acabando con los cimientos modernos, cimientos que la religión comparte también. De ahí que la postmodernidad lleva al nihilismo, es decir, a la pérdida de los valores habituales de la vida social y moral. Pero éste es también una oportunidad para la fe “porque nos obliga a poner nuestra confianza sólo en Aquel en quien se puede confiar” (105), la evangelización sólo puede tener el contenido del Padre el Hijo y el Espíritu. Abundando en esta propuesta, Benito Méndez Fernández, en un extenso e intenso artículo, expone la necesidad de abrir un diálogo entre creencia e increencia, más allá del teísmo y del ateísmo que nos lleve a buscar nuevos caminos que “apoyen la posibilidad de la fe frente a la plausibilidad de la increencia” (165). Porque la fe siempre convive con la duda, con la posibilidad de la increencia, aquí reside la dignidad humana: “en la capacidad de dudar y de interrogarse sobre el propio destino” (167).
El segundo bloque contiene cinco ponencias también, donde se analizan las propuestas creyentes en cinco ámbitos distintos: como oferta de salvación, en una sociedad multicultural, como cristianismo creíble a las mujeres y los hombres de hoy, a la construcción de la democracia y al sentido de la historia. De estos cinco queremos subrayar las aportaciones de Ladaria y Alfonso Novo. Luis F. Ladaria, profesor en la Gregoriana de Roma, propone el cristianismo, oferta de salvación. Nuestra salvación no puede ser otra que la de Cristo, en virtud de la misteriosa pero real comunión del Hijo con todo el género humano. Cristo es la cabeza de todos los salvados y la Iglesia es la portadora de esta salvación para que llegue a todos los hombres. Ahora bien, no ha llegado de hecho a todos, luego el compromiso con la misión debe ser más fuerte aún. Por su parte, Alfonso Novo, se plantea la Fe en Jesucristo y el sentido de la historia. Como siempre, este autor tiene una palabra precisa e interesante que decir, lástima que no se prodigue más en sus escritos. En este nos propone que el sentido de la historia no es algo a ser buscado sino algo que debe ser puesto, se trata de “poner sentido al propio modo de vivir y hacer la historia” (281). La muerte y resurrección de Cristo nos llevan por el camino de los débiles y el sufrimiento para encarar la historia, eso debe ser vivido en la Iglesia, porque es el ámbito donde se vive esa novedad absoluta que es Cristo. Pero, de la misma manera que la Iglesia debe evangelizar la historia, la historia también puede evangelizar a la Iglesia, si esta discierne los signos de los tiempos (282).
El último de los bloques es La transmisión de la fe. Cuenta con seis ponencias que van encaminadas a diversos ámbitos en los que transmitir la fe. Desde la Doctrina Social de la Iglesia, a cargo de Ángel Galindo; la educación en valores, por Gustavo Villapalos; el arte y la fe, por Mª Dolores Fraga, o la misión de la mujer en el mundo actual, por Claire Marie Stubbemann. Queremos subrayar dos textos, el que abre este bloque y el que lo cierra, por parecer ambos resúmenes de este volumen. El Cardenal Špidlik interviene entorno a la oración en la vida cristiana. Afirma que Cristo sólo puede entrar en la persona por medio de la oración, pero esta no puede tener el sentido platónico de “visión”, sino que debe ser “un diálogo con el Padre por medio del Hijo en el Espíritu Santo” (294). Al ser el hombre una relación, sólo el diálogo profundo que implica la filiación puede hacer al hombre semejante a Dios y esto se consigue por la oración. Por su parte, el actual Cardenal Cañizares, aporta un texto conclusivo: Ser cristiano hoy en Europa. Actuales desafíos. Según el Cardenal, vivimos en una situación de luces y sombras. Si bien es cierto que hay graves dificultades, como la pretensión de vivir de espaldas a Dios o la pérdida de la herencia cristiana, también hay grandes signos de esperanza, como “el constituido por los numerosos testigos de la fe cristiana que ha habido en el último siglo” (404).
De nuevo vuelve a acertar el Instituto Teológico Compostelano con sus Jornadas de Teología y con los ponentes a los que invita. Estamos en momentos difíciles para la transmisión de la fe y era necesario planteárselo a nivel teológico desde los distintos ámbitos del pensar cristiano. El presente volumen es una muestra del buen hacer de un centro de estudios que aumenta día a día su prestigio y su servicio a la Iglesia.
Bernardo Pérez Andreo

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...