Ruiz de Loizaga, Saturnino, Lo
sacro y lo profano en la España
de los siglos XIV-XV. Según documentos del Archivo Vaticano, Fundación Cultural Profesor Cantera
Burgos, Miranda de Ebro 2007, 277 pp, 16,5 x 24 cm ( Carthaginensia 49 (2009) 492-493) .
El
autor lleva más de cinco lustros trabajando en los Archivos Vaticanos. Por sus
manos, durante estos 25 años, han pasado cientos de volúmenes. Los Fondos más
utilizados han sido: Los Registros
Vaticanos, los Lateranenses, los Aviñonenses y los Registros de Súplicas. Su trabajo se centra en documentos
relacionados con diócesis españolas y casi ninguno de ellos había sido
publicado hasta ahora. Por ello se ofrece al lector una serie de documentos muy
interesantes y significativos de los siglos XIV-XV fundamentalmente,
conservados en el Archivo Vaticano y
referidos a facetas, aspectos y realidades bien distintas y novedosas. Hemos de
tener presente la importancia del trabajo en estos archivos, porque los han
sido considerados, con razón, como la memoria colectiva de los pueblos. No
sería posible investigar y profundizar en la historia de las instituciones,
incluso de los más insólitos e inconcebibles aspectos, prescindiendo de la rica
y variada documentación que guardan los Archivos
Vaticanos.
La obra
ha sido estructurada en ocho capítulos en los que se incluye tanto la
documentación original como la bibliografía, esto hace a la obra más importante
si cabe, porque el lector puede cotejar por sí mismo aquello que se explica y
puede servir, por demás, como fuente bibliográfica para ulteriores investigaciones
de cualquier tipo que tengan interés en los documentos referidos a la Península Ibérica
entre los siglos XIV y XV.
El capítulo I está dedicado a la Peste Negra en Navarra
y en el resto de la
Península. Seis documentos se han dedicado a Navarra y se han
añadido otros referentes a Castilla, La Rioja , Galicia y Asturias. Con esta nueva
documentación viene a remediarse la carencia de la misma sobre este evento. Lo
mismo que en el capítulo II que está dedicado totalmente a los Pósitos y a las
Arcas de Misericordia. Las primeras Arcas conocidas son las de los Velasco y su
implantación forma parte de un proyecto señorial más extenso de renovación
cívica y asistencia social en el que el franciscanismo juega un papel
importante. Por su parte, el capítulo III se dedica a toda la documentación
referente a los Herejes de Durango. Un movimiento heterodoxo, nacido en 1442 en
Durango (Vizcaya) que seguían los errores de fray Alonso de Mella, que viene
considerado como el iniciador de la secta. El lector encuentra aquí toda la
documentación vaticana y a la que se la han añadido otros documentos coetáneos,
reales y privados que favorecen la investigación y que no se encuentran
fácilmente al alcance de las personas.
El capítulo IV pretende dar una panorámica de la importancia
de los hospitales y puentes por tierras asturianas en esa maravillosa
peregrinación hacia el sepulcro sagrado del Apóstol. La estima y aprecio por
las indulgencias en el medioevo fue verdaderamente alto. Así las indulgencias
fueron anexas a muchas realizaciones no simplemente piadosas, sino de pública
utilidad, religiosa o civil. Por su parte, en el capítulo V se analizan una
serie de datos referentes a sepulcros y reliquias de Santos españoles que
pueden facilitar y ayudar a la historiografía eclesiástica española. Se han
detectado más de una veintena con noticias y testimonios ciertos de su lugar de
sepultura, como de sus traslados sucesivos.
El capítulo VI se recogen algunos documentos no localizados
en la monumental obra de Simonsohn sobre los judíos españoles. Se recoge aquí
una amplia documentación relativa a los mismos en las diversas diócesis. Se
deja para el capítulo VII la documentación referente a la orden Hospitalaria de
San Antón en la Península Ibérica.
Son 18 documentos referentes a esta Orden, que tuvo en olite (Navarra y en
Castrojeriz (Burgos) los dos pilares de expansión y propagación.
El último capítulo, el VIII, está dedicado a los toros. Un
documento referente a Benavente (Zamora) nos describe de una manera plástica
cómo hace casi seis siglos se lanceaban los toros por las calles de este
importante centro zamorano. Se completa la documentación mediante dos
documentos del siglo XVI sobre la prohibición de las corridas de toros por
parte de los papas Pío V y Gregorio XIII. Cinco papas han sido, en total, los
que han intervenido queriendo atajar dicha costumbre, pero siempre surgía, en
sus pragmáticas, un “tira y afloja” en el que prevalecía la tolerancia.
Estamos ante una edición que viene a cubrir un hueco en
nuestra bibliografía, sobre todo en lo referente a las fuentes, emanadas de
aquel pozo de la historia y de la fe que es Roma y sus Archivos. Animamos al autor a que, a la mayor brevedad posible, nos
ilustre con otro volumen sacado de aquel egregio manantial.
Bernardo Pérez Andreo
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