Cardinal de Lubac, Henri, Résistance
chrétienne au nazisme. Sous
la direction de Jacques Prévotat. Préface, Introductions et notes de Renée
Bédarida. Œuvres complètes XXXIV. Les Éditions du Cerf, Paris 2006, 782 pp, 13,5
x 21 cm ( Carthaginensia 47 (2007) 253-254) .
El presente volumen de las obras completas de este pródigo
teólogo recoge sus escritos en torno a la segunda guerra mundial (1939-1945) en
los que el autor se enfrenta con nitidez y valentía tanto al antisemitismo
nazi, al colaboracionismo del régimen de Vichy y, con claridad profética, a la
tibieza de la jerarquía eclesiástica francesa, que llegó a recomenzar el
sometimiento a esa autoridad colaboracionista, en aquellos difíciles años de
prueba para los hombres de fe. De Lubac tuvo claro desde el principio que el
hitlerismo encerraba dos peligros para la humanidad y la Iglesia : el peligro del
antisemitismo y el peligro de un neopaganismo militante que pretende reemplazar
al cristianismo por una religión secular. Su objetivo era reemplazar la
tradición judeocristiana de Europa y sustituirla por un nuevo credo pagano
basado en la superioridad de la raza aria como raza de los señores. Ante esto
no hubo un claro posicionamiento de la Iglesia en Francia. La jerarquía pidió más bien
el sometimiento al poder establecido y la colaboración de facto con el
exterminio de los judíos. De Lubac, para mantener su fidelidad a Cristo y a la Iglesia , hubo de entrar en
la resistencia, en la ilegalidad, para crear una prensa cristiana anónima y
clandestina que no pasara por el nihil
obstat, los Cahiers du Témoignage
chrétien. En esta revista publicará, de forma anónima, alguno de los
escritos que se recogen en este volumen, dando testimonio de un cristianismo
comprometido con la verdad y la justicia en el momento preciso en el que el
cristianismo oficial callaba, siendo así la voz de un cristianismo libre en
Francia.
Al contrario que otros aún hoy, de Lubac no tiene nada que
ocultar de aquella época, por eso se atreve, en 1983 con motivo de su creación
cardenalicia, a poner por escrito su Resistencia
cristiana al antisemitismo. Recuerdos 1940-1944 (473-746), justo a
continuación de haber escrito su Memoria
sobre la ocasión de mis escritos. En ningún caso quiere llamarlos biografía, aunque perfectamente podría
haber escrito una biografía estupenda de una vida tan intensa, pero su
intención siempre es clarificar el kairós eclesial y humano en su vida y obra.
Su inquietud reside en hacer comprender mejor la actitud de la Iglesia de Francia y de
los católicos franceses durante los años de la Ocupación nazi, para
ello encadena catorce capítulos y un
epílogo donde repasa esta actitud. Unas veces lo hace mostrando la posición
adoptada por obispos, cardenales, como el caso de Gerlier, conocido por su trabajo
clandestino a favor de los judíos, o el papa Pío XI, del que admira su valor
para gritar a todos los antisemitas: los cristianos «espiritualmente somos
semitas» (502) y la publicación de Mit
brennender sorge; otras analizando los acontecimientos; y otras, en fin,
mostrando su posición entonces respecto a lo que vivía y su intención actual de
«no dejarse coger por recriminaciones ciegas» que pretenderían provocar un
nuevo «caso Dreyfus» respecto a la
Iglesia , sintiéndose «más que nunca hijo de la Iglesia » (738).
Estos recuerdos
son el núcleo del presente volumen, pero también son la ocasión para añadir dieciocho
escritos de aquella época en los que quiso avisar primero, Patriotismo y nacionalismo (9-26), denunciar después, Carta a mis superiores (103-122), y clarificar
siempre la verdadera posición cristiana ante la barbarie nazi y su perversidad
intrínseca, como es el caso de su último artículo clandestino y hasta esta
edición inédito, Nuevos maquiavelos de
1944 (427-455), donde responde a la creencia del cristianismo bienpensante
francés de que la ideología hitleriana desaparecerá de Francia con la derrota
militar de Alemania; todo lo contrario, el paganismo anticristiano y racista
podría enquistarse en el espíritu francés de manera que las raíces cristianas
podrían haber sido ya removidas del país y sólo sería cuestión de tiempo su
muerte. El régimen nazi fue mucho más que un mal pasajero, hizo mella en el
alma de los franceses, asimilando el mismo orden
nazi «fundado sobre el rechazo de todo lo que Cristo ha aportado al mundo…,
para el cual no cuenta ni lealtad ni respeto, ni justicia ni humanidad» (452).
Se trata de poner en claro el escándalo
de la verdad (411-417) que no reside en no decir la verdad sino en «no
decir la verdad completa y de introducir en ella una mentira por omisión que la
deja intacta por fuera, pero que le corroe, como un cáncer, el corazón y las
entrañas» (413).
Cada uno de los escritos que conforma este volumen cuenta
con una magnífica introducción de Renée Badarida que perfila cada uno de ellos
y aclara su sentido histórico y existencial en el contexto de la vida del autor
y de su apasionada defensa de la verdad cristiana. Junto a la introducción, hay
que remarcar el conjunto de anotaciones que aporta Badarida a los escritos del
P. de Lubac y que hacen del presente volumen una perfecta obra para conocer un
tiempo histórico del que podemos aprender hoy día. Su lectura no dejará de
parecer al lector completamente vigente y esclarecedora de actitudes y
comportamientos de la actualidad eclesial y humana, tan necesitada de un
valiente testimonio cristiano como el
que dio en momentos tan difíciles, un testigo de la verdad: Henri de Lubac.
Bernardo Pérez Andreo
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