viernes, 16 de agosto de 2013

Sacramentos


Borobio, Dionisio, Sacramentos en general. Bautismo y Confirmación en la Escuela de Salamanca. Fco. Vitoria, Melchor Cano, Domingo de Soto, Publicaciones Universidad Pontificia Salamanca, Salamanca 2007, 320 pp, 17 x 23,5 cm (Carthaginensia 50 (2010) 225-226).
Son tiempos estos de replantear el significado de las realidades cristianas más profundas, toda vez que se atisba cierto giro involutivo en las prescripciones oficiales en torno a los núcleos fundamentales de la experiencia del cristiano. En la cuestión sacramental se ha dado una suerte de regreso de fórmulas y expresiones que algunos creíamos caducas pero que se manifiestan con una fuerza inusitada, máxime cuando la iconografía episcopal retorna a posiciones vetustas, por ello es más importante si cabe esta obra del insigne profesor Borobio. Su saber y erudición deben servirnos de faro orientativo en estos momentos de virajes de timón imprevisibles.

La obra que nos ocupa se antoja parte de una revisión más completa de la sacramentología en la obra de los teólogos de Salamanca. De momento se trata del Bautismo y la Confirmación en los tres ilustres teólogos de aquella Escuela que tanto bien ha hecho a la teología: Vitoria, Cano y Soto. El propósito confeso de Borobio es estudiar la concepción y planteamientos teológico-sacramentales que presentan los autores, de modo que sean conocidos en su riqueza de argumentación y en las posibilidades que plantean para hoy, especialmente para hoy creemos nosotros. Para conseguir esto se presenta tanto su pensamiento como el contexto que puede dar una mejor explicación de la significación total de ese pensamiento. Conocido el contexto, sólo hemos de aplicarlo al contexto actual como fórmula de adaptación hermenéutica.
El libro está estructurado en dos partes. En la primera (Los sacramentos en general en la escuela de Salamanca, 19-146) se expone la concepción de los sacramentos en los tres autores más importantes de esa Escuela, de ahí que conste a su vez de tres partes, una para cada autor. Se ponen de manifiesto las dos posturas que estaban un lucha en aquel contexto: de un lado la humanista que quiere evitar todo deductivismo, y la escolástica, que se apoya en una reflexión racional tomista y en la especulación más que en la inducción. Soto se adscribe a esta última, de ahí su participación en Trento y la importancia de su reflexión en la configuración de la posición sacramental católica. Hay que advertir que la reflexión de Soto se abre a una perspectiva más personalista en la consideración de los sacramentos y que esta vía permite una actualización de su pensamiento. Al centrar la eficacia salvífica de los sacramentos en la pasión de Cristo y al insistir en que la gracia no es otra cosa que el amor de Dios, Soto puede ser leído como un personalista avant la lettre.
La segunda parte (Bautismo y Confirmación en la Escuela de Salamanca, 147-320), se aplica la reflexión general a los dos sacramentos susodichos, pero reduciendo la exposición a Vitoria y Soto pues de Cano no nos ha llegado ningún tratado específico sobre los dos sacramentos. Propiamente es Soto el que ofrece un verdadero tratado sobre los sacramentos del bautismo y la confirmación, con un desarrollo sistemático, siguiendo el pensamiento de Tomás y aplicando el método escolástico renovado. Vitoria trata estos sacramentos de modo más esquemático, siguiendo la necesidad de responder a cuestiones urgentes que se le van planteando, como puede ser el problema del bautismo en la evangelización de América, de la que tenemos mucho que aprender hoy día. Tanto Vitoria como Soto son defensores de una pastoral evangelizadora y de autentificación que no busque la conversión forzada y el rito por sí mismo, sino que verifique una autentificación de la fe en la vida. Exigen estos teólogos que se modifique la pastoral que se lleva a cabo en América de modo que permita, por medio de los sacramentos, la creación de una verdadera comunidad creyente. De nada sirve, afirman, tener muchos bautizados si tenemos pocos cristianos; y poco vale el decir que se cree, y hasta que esto se significa sacramentalmente, si no cambia la vida. Palabras proféticas que muy bien se podrían aplicar hoy en día a nuestra Iglesia.
Esta obra, que tendrá continuación, se presenta como imprescindible a la hora de repensar la sacramentología en general porque la tradición que aquí se nos presenta es, a la vez, la más prístina y la que mejor permite una adaptación a las condiciones de los tiempos en que vivimos. Dionisio Borobio sigue impartiendo cátedra allá donde está y seguirá regalándonos reflexiones profundas para el pensamiento teológico.
Bernardo Pérez Andreo

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