Piñero,
Antonio, Ciudadano Jesús. Las
respuestas a todas las preguntas, Atanor, Madrid 2012, 343 pp, 15 x 23 cm.
Estamos ante una obra que puede y debe tener un largo
recorrido editorial, especialmente en el ámbito del mundo no especializado en
la investigación sobre Jesús. Antonio Piñero ha puesto todo su saber, acumulado
a lo largo de muchos años de investigación y docencia, a disposición de todos
los que quieran responderse a las preguntas fundamentales sobre Jesús, su vida,
su obra, sus intenciones, sus relaciones personales y grupales y sus proyectos.
El título es ampuloso, pero no defrauda al lector, aporta lo que promete: las
respuestas a todas las preguntas sobre Jesús de Nazaret. Está escrito con un
estilo sencillo y directo, recordando el modo de los catecismos antiguos,
mediante preguntas retóricas que eran contestadas puntualmente, lo que permite
tanto la búsqueda de las mismas en la obra como su hipotético aprendizaje por
parte de un grupo de discípulos interesados en el tema. Incluso el especialista
puede obtener un enorme beneficio con la obra, pues la sistematización de la
misma es de gran ayuda a la hora de encontrar aquellos elementos que más le
interese. Es, por tanto, una obra de divulgación y también de estudio sobre
Jesús.
La obra está organizada en 16 capítulos, cada uno de ellos
subdividido en las preguntas correspondientes convenientemente contestadas. El
completo índice permite la búsqueda de cualquiera de las cientos de preguntas
contestadas por el autor, pero la lectura continua del índice puede servir como
una especie de presentación tética del pensamiento del autor sobre Jesús. Así,
la serie de 16 capítulos comienzan, precisamente por los comienzos de la historia de Jesús para plantear las cuestiones
introductorias de la investigación sobre Jesús: cómo sabemos que existió
realmente, qué grado de fiabilidad tienen los evangelios, cuáles son las
fuentes para la investigación…, así hasta los criterios de historicidad.
Acabada este capítulo introductorio, se siguen en el orden en que están los
temas en los evangelios los otros 15 capítulos: nacimiento, familia y
formación, Jesús y Juan Bautista, la predicación de Jesús, sus discípulos, la
religión de Jesús, su mensaje sobre la ley y el Reino de Dios, las parábolas,
la ética predicada, la fundación de la Iglesia, la personalidad de Jesús, los
últimos días, descendimiento y sepultura, la tumba vacía y la resurrección.
Se trata, por tanto, de un repaso sistemático y exhaustivo
de lo que ha aportado la investigación sobre Jesús, pero en un lenguaje
asequible al gran público, que encontrará cumplida respuesta a las cuestiones
abiertas sobre Jesús, sea creyente o no lo sea, porque el autor se sitúa, de
forma decidida, en el espacio de la ciencia, alejado de la fe, a la que achaca
la imposibilidad de imparcialidad. Según dice, autores de gran relevancia en el
panorama teológico actual pecan de parcialidad a la hora de abordar un tema que
es, en esencia, científico. Por eso, la propuesta es de lo más aséptica, sin
dejarse llevar por otra cosa que no sea lo que la ciencia nos puede decir hoy
sobre cualquier tema. Así, sobre la supuesta relación marital entre Jesús y
María Magdalena, no duda en calificarla de fantasiosa, pues no hay ningún
documento ni prueba que permitan aventurar tal cosa, antes bien justo lo
contrario. De la misma manera nos dice que tampoco se puede atribuir a Jesús
una autoconciencia de preexistencia divina, pues eso no corresponde a un judío
prácticamente, como era su caso. Por tanto, nos encontramos ante un texto
equilibrado que nos aporta lo que la investigación científica puede dar, cada
cual hará con eso lo que crea conveniente, pero no podrá utilizarse la
investigación para justificar posiciones de parte.
Es interesante el aporte que nos hace el autor en la
conclusión, contestando a la pregunta ¿qué
podemos afirmar como cierto o muy probable desde la ciencia histórica, de la
vida de Jesús de Nazaret? Podemos decir que Jesús nació siendo Augusto
emperador, creció en Galilea, perteneció a una familia numerosa, fue
profundamente religioso en la tradición judía y se vinculó a Juan el Bautista.
Reunió un grupo de discípulos y se presentó como un profeta. Hizo de la venida
del Reino de Dios su proyecto, un proyecto que presentó a los excluidos y
pobres de Israel. Antepuso los aspectos morales a los rituales y radicalizó la
Torá, lo que le llevó a una serie de disputas con los distintos grupos judíos
de la época. De Galilea subió a Jerusalén para culminar su proyecto, donde
encontró la oposición del poder romano, fue arrestado por motivos de índole
sociopolítica y ejecutado como un subversivo. Murió en tiempos de Tiberio,
crucificado junto a varios bandoleros.
Según el autor, a partir de lo expuesto ya no es historia,
sino fe y de la fe no puede hablar la ciencia. Durante los cuatro siglos que
siguieron a su ejecución, la teología cristiana, especialmente en los
concilios, elevó a Jesús al rango de Dios, Segunda Persona de la Trinidad,
Logos preexistente del Padre, Verdad Eterna para todo hombre que viene a este
mundo. Pero esto es teología y Antonio Piñero solo hace investigación
histórica.
Bernardo Pérez Andreo
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